
Rayita, el gremling de la Avaricia
Rayita es un ser diminuto de ojos brillantes y manos inquietas. Todo lo quiere, todo lo guarda, nada comparte. Cuando no se le atiende, se multiplica, llenando la vida de ansiedad y acumulación sin fin. Su hambre no es de oro, sino de control y seguridad.
Los efectos
Bajo su dominio aparece la obsesión por poseer, el miedo a perder y la incapacidad de disfrutar lo que ya se tiene. La vida se convierte en jaula repleta, pero vacía de sentido.
El antídoto
El antídoto es la práctica de la generosidad: soltar, compartir y confiar en el flujo de la vida. Cada acto de entrega reduce a Rayita y lo calma.
Amar a la sombra
Rayita no es malvado: es un niño asustado que teme quedarse sin nada. Amar a esta sombra es abrazar su miedo y mostrarle que ya hay suficiente. Así, el gremling travieso se convierte en guardián del agradecimiento y la abundancia interior.


