
Medusa, la Monstrua de la Envidia
La Envidia toma la forma de Medusa: su mirada te incita a mirar hacia afuera, hacia lo que el otro tiene y tú no. Su poder es la petrificación: te congela con la comparación, impidiéndote moverte en Tu Propio Camino. Su veneno no es el odio, sino la amargura de sentir que no eres o no tienes suficiente en comparación con el reflejo ajeno.
Los efectos
El efecto de Medusa es el estancamiento y la ceguera ante tus propios regalos. Causa un profundo desgano al anular la motivación personal y te aleja de tu Gratitud.
El antídoto
El antídoto es el Espejo de la Gratitud. Al practicar la gratitud y el Ejercicio del Presente, diriges la mirada hacia tus propias bendiciones y avances. Este acto desarma a Medusa, porque te enfocas en Tu Vida y en la abundancia que ya posees.
Amar a la sombra
Medusa no es una maldición: es un espejo que señala tu potencial oculto. Amar a esta sombra es reconocer que aquello que envidias es, a menudo, un deseo legítimo que tu alma quiere alcanzar. Es un mapa de tus aspiraciones. Al abrazar a Medusa, conviertes la comparación destructiva en inspiración y utilizas su energía para forjar tu propio destino.


